Esbozos y trazos
miércoles, 30 de marzo de 2011
martes, 14 de septiembre de 2010
Amor pardo
Mulata,
De espinas de cactáceas
una corona lidera
tu melena de sedosas esmeraldas como plumas.
Amplia frente, altiva, humilde,
que porta un lunar por tilde.
Más abajo, rodeando tu cuello
un collar de cuenta y hueso
describe una media luna.
En tu escote un árido desierto
y tus senos pequeños pero lactantes,
siendo dos pequeños gigantes
que dan sombra a campos y huertos.
Bajo esa sombra de fresno crecido
yace tu cintura ceñida
de litorales y fuego prendida
como aquél carbón tardío.
Es verde tormento mío
y de las telas tejidas.
Tendido al paso del tiempo
lían en sueño lunático
los dos ombligos, tu vientre volcánico
y un idilio a flor de piel.
Y en talavera, el incienso
sube en nubes de oropel.
Nunca se habló, so morena lindura,
con tanta y tanta ternura
de alguna hija de arado
como los padres lo hicieron de ti.
¡Oh, tus muslos acuáticos¡ ¡Y
tus rodillas sobre un huipil
de manos labrado
y de hartos indios sudado,
hincadas, serenas, ante el altar,
entregando su virginidad.
Sostenida en un guacal
cual dulces surtidos típicos,
es frondoso árbol raquítico
tu presencia en altamar.
Nunca el sol besó a la tierra,
del mariachi a su guitarra,
del patrón a su muchacha,
como a tus maizales y anchas veredas.
Y el viento recorre íntimas laderas,
como en Guanajuato, por callejones,
como José besando de a montones
de la mujer las caderas.
Mas rodeados tus talones,
aprehendidos y encerrados,
por ajorcas turquesas moldeadas
por unas manos calizas,
no requieren dos tacones
para ensalzar tu gran altura.
De Guadalupe la risa,
engendrada de tres lodos,
pez pareces zarandeado
y una olla de barro negro dorada.
Bello ensueño del barroco,
beata eres, veta vasta de cultura.
Mulata
cuatrocientas voces te loan,
cánticos festivos te lloran
como al romperse las piñatas.
¡Tu figura de franela
piel de adobo y labios de castaña,
labios carmín sabor a caña
y olor picante a canela!
Tienes un par de ojos brunos,
llorones y taciturnos,
por tus hijos humillados:
mexicanos sólo a ratos.
Mas ese dúo colonial
ha cautivado los míos,
atiborrando con, de turrón, ríos
la paz en mi soledad.
Mulata, flor de jardín,
¿cómo puedo amar, si no es más que a ti?
lunes, 30 de agosto de 2010
Hoy caí en la cuenta.
jueves, 19 de agosto de 2010
Quisiera ser el viento
Quisiera ser como el viento intempestivo, incomprendido pero siempre permanente. Produnfizar en los balcones de tu cuarto y de tu mente.